MADRID, 19 de septiembre (EUROPA PRESS)-
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado en tres décimas su previsión de crecimiento de la economía mundial en 2023, que se sitúa ahora en el 3%, aunque ha empeorado en dos décimas su previsión del 2,7% para el próximo año. , según anunció este martes el think tank de las economías más avanzadas.
Entre las principales economías mundiales, las nuevas proyecciones de la OCDE prevén un mayor crecimiento en Estados Unidos, con una expansión del 2,2% este año y del 1,3% el próximo, seis y tres décimas por encima de las previsiones de junio. La desaceleración interanual se explica por el endurecimiento de las condiciones financieras, que repercutirá en la demanda.
En el caso de la zona euro, el organismo con sede en París prevé una expansión del PIB del 0,6% en 2023, tres décimas peor de lo previsto anteriormente, al tiempo que el crecimiento proyectado cae cuatro décimas, hasta el 1,1%, para el próximo año. La recuperación está impulsada por el “desvanecimiento del impacto adverso de la alta inflación sobre los ingresos reales”.
Fuera de los países de la OCDE, las previsiones del grupo de expertos apuntan a una peor evolución de la economía china debido a la «débil» demanda interna y al «estrés estructural» en el mercado inmobiliario. Así, la expansión del PIB será del 5,1% este año, frente al 5,4% previsto en junio, mientras que habrá un crecimiento del 4,6% en 2024, menos cinco décimas.
En relación con los países emergentes, Brasil vio revisado un año y medio más su crecimiento para 2023, hasta el 3,2%, debido al clima benigno durante el primer semestre del año que impulsó la producción agrícola. India y Sudáfrica también vieron mejorar sus estimaciones del PIB en tres décimas, hasta el 6,3% y el 0,6% respectivamente.
RIESGOS PARA EL CRECIMIENTO A LA BAJA
En cualquier caso, la OCDE advierte de que el crecimiento sigue estando por debajo de la media histórica y que «los riesgos se inclinan a la baja», señalando como principal incertidumbre la velocidad de transmisión de las decisiones de política monetaria y la «persistencia de la inflación.
«Los efectos adversos de las altas tasas de interés podrían ser más fuertes de lo previsto, y la inflación persistente podría requerir un ajuste monetario adicional que podría exponer las vulnerabilidades financieras», explicó la OCDE.
En este sentido, el organismo con sede en París recomendó que la política monetaria siga siendo «restrictiva» hasta que haya «señales claras» de que la inflación subyacente ha sido controlada. La OCDE aseguró que las tasas de interés “parecen estar en su punto máximo o cerca de él” en la mayoría de los países, incluidos Estados Unidos y la zona del euro.
Asimismo, una desaceleración mayor de lo esperado en China añade “riesgos adicionales” que impactarían el crecimiento en el resto del mundo. Si se produce una caída anual del 3% en la demanda interna del “gigante asiático”, el crecimiento del PIB global podría reducirse hasta seis décimas en el primer año y el volumen comercial haría lo propio en un 1,25%.
El impacto sobre el PIB de los países europeos de la OCDE y de Norteamérica sería de unas décimas, siendo otras naciones asiáticas o productoras de materias primas las más afectadas.
Sin embargo, si se combinara la circunstancia anterior con un endurecimiento de las condiciones de financiación, el impacto sería mayor; cerca de un punto del PIB en los países desarrollados. En este caso hipotético, el crecimiento de la actividad económica global sería un 1,1% menor, con el volumen de bienes y servicios disminuyendo un 2,75%. En consecuencia, el fenómeno tendría carácter deflacionario y restaría cuatro décimas al incremento de precios previsto.
Por otro lado, los gobiernos enfrentan crecientes presiones fiscales derivadas del aumento de la deuda resultante del envejecimiento de la población, la transición ecológica y el aumento del gasto en defensa.
La OCDE argumentó que se deben redoblar los esfuerzos a corto plazo para reconstruir planes fiscales creíbles a mediano plazo que alineen mejor las políticas macroeconómicas y garanticen la sostenibilidad de la deuda.
SOLUCIONES
Para mejorar las perspectivas macroeconómicas, la OCDE recomendó reducir las barreras en el mercado laboral y la producción; promover el desarrollo de conocimientos y habilidades para mejorar los niveles de inversión, productividad y participación laboral, así como hacer que el crecimiento sea “más inclusivo”.
Por otro lado, el documento destaca el carácter “primario” del comercio internacional, ya que es una “fuente importante de prosperidad a largo plazo para las economías avanzadas y emergentes”. Según la OCDE, las preocupaciones sobre la seguridad económica no deberían impedir «aprovechar las oportunidades» para reducir las barreras al comercio, especialmente en el sector de servicios.
Asimismo, el ente multilateral animó a los gobiernos a cooperar y coordinar esfuerzos para mitigar las emisiones de CO2.